
Podemos encontrarnos en muchas ocasiones con diferentes fuentes de luz que nos dan distintas temperaturas de color a la vez. También puede suceder que sea el fotógrafo el que mezcle diferentes fuentes, como flashes y luces de tugsteno o velas en busca de efectos creativos, o incluso cubra las fuentes de luz con filtros de colores para experimentar con efectos cromáticos.

Cuando un motivo está iluminado por diferentes fuentes de luz en distintas zonas del encuadre (las fuentes no se mezclan en toda la escena) no podemos realizar un ajuste de blanco que equilibre todas las luces, pero probablemente tampoco sea necesario. Estamos tan acostumbrados a las diferentes dominantes de color de cada fuente de luz, que ya nos resulta natural verlas en las fotografías, e incluso nos parecerían extrañas si no las tuvieran. Además, las imágenes con diferentes fuentes de luz en zonas distintas suelen resultar atractivas. El corregir o no alguna de las dominantes depende de la escena y del criterio del fotógrafo.

También es posible que una escena esté iluminada globalmente por distintas fuentes, como la luz de una ventana y tubos fluorescentes o de descarga de vapor. En este caso, sí podemos toparnos con dominantes de color extrañas que resulten poco o nada agradables. Para solucionarlo, podemos intentar lograr un equilibrio de blanco medio general para lograr una imagen lo más agradable posible seleccionando el equilibrio de blancos automático de nuestra cámara. O mejor aún, ajustando el equilibrio de blancos de forma manual con ayuda de una carta gris al 18% o blanca.
Si aun así el resultado no es satisfactorio, podemos intentar ajustarlo durante la posproducción.