
Con las lámparas de descarga de vapor sucede algo parecido a las luces fluorescentes: emiten una luz poco natural y con deficiencias en algunas zonas del espectro y son imposibles de corregir totalmente.
Las lámparas de vapor múltiple y de vapor de mercurio, aunque de apariencia blanca a simple vista, presentan dominantes azules y verdosas y los colores aparecen en las fotos débiles y desaturados.

Estas lámparas se emplean en grandes espacios, como aparcamientos o estadios de deportes. El modo de tratar esta luz es similar a la fluorescente: experimentar con diferentes ajustes. Si es posible, debemos emplear el ajuste manual con ayuda de una carta gris o blanca. No obstante, una vez más, la costumbre ha hecho que no nos sorprenda encontrar este tipo de luz en una fotografía nocturna y urbana. Y puede ser incluso buena idea dejarla tal como está o con pequeños retoques en muchos casos.
Las lámparas de sodio se emplean a veces en las farolas y otros focos, y sólo emiten en la banda amarilla del espectro tiñendo los objetos con una luz amarillo verdosa. Son imposibles de corregir y proporcionan imágenes casi monocromáticas.