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La luz de tugsteno o incandescente en fotografía

La luz incandescente proporciona tonos muy cálidos a las fotografías y un ambiente romántico

La luz de tugsteno o incandescente, la de las bombillas de toda la vida, proporciona una iluminación cálida, es decir, con una dominante anaranjada. Es decisión del fotógrafo tomarla como tal o corregirla.

Temperatura de color de las lámparas incandescentes

Las lámparas de tugsteno para usos fotográficos proporcionan una temperatura de color constante de 3.200K, pero las bombillas domésticas son más rojizas, y su temperatura de color varía en función de cuanto se caliente, de manera que cuantos menos Watios tenga una bombilla más naranja será su luz.

¿Cuándo debemos corregir la dominante amarilla de nuestras fotografías?

La decisión de calibrar el balance de blancos para que la luz de tugsteno se vea blanca depende del tipo de escena y de lo que busque el fotógrafo.

A fuerza de ver imágenes de este tipo, nos hemos habituado a que, por ejemplo, los interiores aparezcan en las fotos con colores cálidos, a pesar de que, en vivo, no los percibimos así. En otras ocasiones esa dominante anaranjada puede proporcionar colores irreales y extraños, como en la imagen inferior.

Bodegón fotografiado bajo la iluminación de lamparas de luz incandescentes
Fotografiando con el balance de blancos ajustado a luz de día, el color de estar zuecas aparece amarillo e irreal.
Las dominantes de color de una iluminación inadecuada se pueden corregir durante el postproceso
Corrigiendo el balance de blancos en el post proceso obtenemos un color más parecido a lo que vemos.

Cómo corregir la dominante amarilla de las lámparas incandescentes

El ajuste de balance de blancos para luz de tugsteno de las cámaras digitales está calibrado para 3.200K, por tanto, al fotografiar con bombillas domésticas la luz seguirá teniendo cierto matiz amarillo. Para obtener un ajuste correcto del balance de blancos empleando lámparas domésticas, es más efectivo emplear el ajuste manual con ayuda de una carta gris al 18% o blanca siguiendo las instrucciones del manual de nuestra cámara.

Si fotografiamos en formato RAW, durante el procesamiento podemos variar la temperatura de color a nuestro antojo, aunque obtener un equilibrio correcto puede no ser fácil si la imagen no tiene una zona gris neutra o blanca que nos ayude a calibrarlo.