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La luz y la fotografía

Entender y dominar la luz en la fotografía

A continuación descubrirás los conceptos básicos e imprescindibles sobre la fotografía y la luz sobre los que se cimienta la técnica de iluminación fotográfica

Qué es la luz

La luz es la pequeña franja de radiación electromagnética que podemos ver las personas y que abarca más o menos entre los 400 y los 700 nm (nanómetros).

Por encima de esta radiación visible se encuentra la radiación ultravioleta (visible para algunos animales), los rayos X y los rayos Gamma. Por debajo, la radiación infrarroja (que pueden captar los sensores fotográficos y algunos tipos de películas especiales) las microondas y las ondas de radar, televisión y radio.

Espectro electromagnético con la luz visible

Esta luz visible para nosotros se compone de 6 colores: rojo, naranja, amarillo, azul y violeta. Juntos conforman la luz blanca (o quizá más bien incolora). A la inversa, la luz blanca se refracta y descompone en los colores anteriores al atravesar un prisma de cristal, ya que cada color se desplaza a distinta velocidad por el cristal. Es el mismo fenómeno que produce la luz del sol al atravesar las gotas de agua en el atmósfera y formar el arcoíris.

Difracción de la luz. Al atravesar un prisma, la luz blanca se descompone en sus colores: rojo, naranja, amarillo, azul y violeta

La luz se propaga en línea recta provocando sombras y se refleja en espejos y superficies pulidas en ángulo inverso a su incidencia. Eso significa que el fotógrafo puede desviarla para iluminar zonas oscuras.

Cualidades y características de la luz

La luz tiene una serie de cualidades y características que son decisivas para determinar su comportamiento a la hora de tomar buenas fotografías.

  • La amplitud o intensidad de la luz, que describe su nivel de brillo.
  • La longitud de onda o frecuencia determina el color, que analizaremos más abajo.
  • El ángulo de vibración o polarización es menos perceptible, pero se puede controlar con los filtros polarizadores, que algunos consideran imprescindibles en la fotografía de paisajes.

La intensidad de la luz

La intensidad de la luz es independiente de la cantidad de luz reflejada por un objeto, o sea, de la reflectancia de éste. La reflectancia varía en función del color, textura y ángulo de incidencia de la luz. Por ejemplo, en un bodegón, un montón de granos de arroz reflejarán más luz que unos zapatos negros.

La intensidad de la luz en fotografía se puede medir con un fotómetro de luz incidente (la célula del fotómetro apunta hacia la fuente de luz y mide la luz que recibe). Cuando medimos con el fotómetro de la cámara medimos la luz reflejada (apuntamos al objeto).

La ley del cuadrado inverso de la luz en fotografía

Cuando utilizamos una fuente de iluminación distinta de la luz del sol, su intensidad disminuye a medida que nos alejamos de la fuente. Y lo hace siguiendo la ley del cuadrado inverso, que dice algo así como que la intensidad de la luz sobre un objeto es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia de la fuente de luz.

Caracteristicas de la iluminacion fotografica

Esto es muy importante en la iluminación de estudio, y significa que al doblar la distancia desde la fuente de iluminación, la intensidad reduce a un cuarto. En la práctica, la pérdida de intensidad es igual a 1/d2. Por ejemplo un sujeto situado a dos metros de la fuente de luz sufrirá una pérdida  de intensidad de 1/22 = 1/4; o lo que es lo mismo, la luz será 4 veces menos intensa. Si está a 4 metros: será 1/42 = 1/16; 16 veces menos intensa.

Como al abrir o cerrar el diafragma doblamos o dividimos por dos la cantidad de luz, ¼ equivale a 2 puntos menos de diafragma, y 1/16, a 4 puntos menos de diafragma.

Por ejemplo, supongamos que estamos fotografiando con un destello de flash un objeto situado a 1m. de distancia, y que el fondo se encuentra a 2m; pues bien, la luz en el fondo será cuatro veces menos intensa que en el objeto, resultando como consecuencia un fondo ligeramente oscuro equivalente a dos puntos menos de diafragma.

Los colores de la luz

Como ya hemos comentado, al hacer pasar la luz blanca por un prisma, ésta se descompone en todos los colores del arcoiris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Pero son suficientes el rojo, el verde y el azul para formar el resto de los colores. Y si los mezclamos obtendremos el color blanco.

Estos tres colores se conocen como “primarios aditivos”, y conforman el modo de color RGB (del ingles Red –rojo-, Green –verde- Blue –azul). Estos tres colores primarios aditivos son los que se emplean para formar las imágenes en los televisores o los monitores de los ordenadores o los sensores digitales.

Cómo funcionan los colores primarios de la luz

Cuando eliminamos uno de estos colores de la luz blanca obtenemos una combinación de dos primarios. De esta manera, obtenemos otros tres colores: cyan, magenta y amarillo, conocidos como “primarios sustractivos”.

La mezcla de los colores primarios sustractivos da como resultado el negro, aunque en la práctica se obtiene un color marrón púrpura. Debido a esta deficiencia, para formar el modo CMYK se les añade el negro. Así, el modo CMYK está formado por los colores cyan, magenta, amarillo y negro.

Este es el modo de la luz reflejada, es decir, el modo que se emplea para obtener los colores a partir de colorantes, tintas o pigmentos, como en el caso de las impresoras.

Cómo vemos los colores

La percepción visual humana es tan adaptable que a simple vista no percibimos los cambios y matices en la luz que las cámaras sí son capaces de plasmar, mostrándonos otra realidad muy cercana, pero que se nos escapa.

Cómo funciona el ojo humano

En el proceso de la visión humana, la luz entra por la córnea, la cual desvía la luz al interior del ojo. Si pensáramos en una analogía con una cámara fotográfica, esta sería la lente exterior.

A continuación, la luz pasa por el centro del iris, que es la parte coloreada del ojo. El iris puede abrirse o cerrarse para controlar la cantidad de luz que entra por la pupila. En una cámara fotográfica equivale al diafragma.

Luego pasa a través del cristalino, otra lente que nos permite enfocar las imágenes. En una cámara equivaldría a las lentes que se mueven cuando enfocamos.

El cristalino dirige la luz a la retina. Se trata de un tejido formado por células fotosensibles sobre el que se proyectan las imágenes. Es el equivalente al sensor de nuestra cámara.

La luz se transforma en señales eléctricas que viajan por el nervio óptico hasta el cerebro. Este equivaldría al ordenador con el que procesamos nuestras fotos con ayuda de un editor de imágenes.

Por qué algunas veces hay tanta diferencia entre lo que percibimos y lo que plasma la cámara fotográfica

Incluso en situaciones de alto contraste, nuestros ojos captan la información de las luces y las sombras adaptándose rápidamente a las cantidades variables de luz mediante rápidas variaciones del tamaño de la pupila. Toda esta información la procesa nuestro cerebro conformando la imagen que vemos, nuestra realidad.

Nuestra vista también se adapta a las variaciones de luz. Si estuviéramos en una habitación recibiendo la luz exterior por una ventana y con una lámpara encendida, a medida que oscurece no notaríamos la diferencia de luz entre el paso de estar iluminados con la fuerte luz exterior a la tenue luz de la lámpara incandescente, a pesar de que la cantidad de luz ha disminuido mucho.

Contraste entre los colores de la luz natural y la luz artificial
Nuestro cerebro tiende a igualar los matices de color de la luz, uniformizándola y haciendo que nos parezca blanca. Las cámaras fotográficas registran esos matices y nos muestran una realidad distinta y multicolor. Es esta imagen la luz ambiente azulada del atardecer contrasta con la luz cálida de las bombillas de la tienda.

Tampoco apreciaríamos el cambio de color de la luz entre la luz blanca del sol y la anaranjada de la lámpara, pues el cerebro tiende a percibir el blanco como tal independientemente del color de la luz o la temperatura del color.

Las cámaras fotográficas son muy sensibles a todas estas variaciones, que registran de un modo más intenso a como nosotros las percibimos, y debemos ser capaces de verlas o predecirlas para obtener las imágenes que deseamos.